Datos de la Secretaría de Economía revelan que México registró una cifra preliminar de 32.147 millones de dólares de Inversión Extranjera Directa (IED) de enero a septiembre de 2022. Esta cifra refleja los beneficios que se tienen con el nearshoring y el T-MEC, según señala el sector empresarial.
En este contexto, el Recinto Fiscalizado Estratégico (RFE) es un esquema que puede brindar amplios beneficios y apalancar todavía más el crecimiento del nearshoring y el comercio exterior en México.
¿Cómo puede el RFE impulsar al nearshoring más allá de las industrias que se benefician de éste como la manufactura o la automotriz? y ¿qué ventajas ofrece para facilitar las exportaciones hacia Estados Unidos? José Luis Chávez Salazar —especialista con más de 30 años en supply chain y director comercial de e2e SCS— explica la función que juega el Recinto Fiscalizado Estratégico en la relocalización de las cadenas de suministro.
De acuerdo con José Luis Chávez, el nearshoring no es nuevo, pues asegura que existe desde hace por lo menos 10 años, sin embargo, la pandemia del COVID-19 transformó y reconfiguró las cadenas globales, lo que provocó el auge del nearshoring como una opción para el abastecimiento de mercancías, y México se convirtió en un destino atractivo para ello.
“El offshoring es muévete a donde seas más competitivo, independientemente de qué tan lejos estés, y con el nearshoring se busca la cercanía del mercado. En México tenemos condiciones geográficas y geopolíticas muy buenas, así como infraestructura, somos el destino más cercano a Estados Unidos, que es el principal mercado del mundo. El nearshoring nos conviene, pero es una situación de proximidad geográfica, de huso horario… y tenemos que aprovechar esa ventaja para abastecer ese mercado”, explica Chávez Salazar.
El directivo resalta que gracias a la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC), el país se desarrolló en infraestructura industrial y de manufactura, no solo en cuanto a instalaciones, sino en mano de obra, la cual es cada vez más calificada. Además de eso, destaca que la certidumbre que se brinda en materia de inversión y en los acuerdos internacionales que se tienen, hace que México sea una excelente opción para el nearshoring.
José Luis Chávez asegura que en México existe un programa excelente para la manufactura de exportación como lo es el IMMEX (Industria Manufacturera, Maquiladora y de Servicio de Exportación). Sin embargo, considera que éste tiene ciertas limitantes comparado con el RFE, por lo que señala que este último es una mejor opción para el nearshoring. Entre los beneficios que tiene destacan:
“A diferencia de un IMMEX en donde el 96% que se importa se tiene que exportar, cuando entras a un RFE puedes exportarlo o mandar a un depósito fiscal o nacionalizar, pagar los impuestos de importación en el mercado mexicano, te da todas las variables. El RFE es el esquema más completo, quizá no el más utilizado para ejercer esos beneficios del nearshoring, tomando como referencia el mercado de Estados Unidos”, afirma el ejecutivo.
En México, la gran mayoría de los Recintos Fiscalizados Estratégicos se encuentran ubicados en zonas de puertos o de manufactura como el Bajío (Querétaro y Guanajuato), pero en la zona centro como la Ciudad de México y el Estado de México existen muy pocos.
Desde el punto de vista de José Luis Chávez, en el país falta mayor difusión de los requerimientos que se necesitan para establecer un RFE. Y aunque considera que existen expertos en la parte legal, asegura que éstos no cuentan con mucha experiencia en la parte operativa, por lo que considera que falta desarrollar más esa parte y producir productos y servicios que los clientes puedan disponer de ellos.
“Las empresas no utilizan el RFE, sienten que sus necesidades están resueltas con el IMMEX. Una compañía que trae mercancía o componentes de China o de otros países prácticamente exporta el 100%, lo mete al IMMEX de servicio o de manufactura, no utiliza el beneficio para abastecer al mercado mexicano”, afirma.
José Luis Chávez reconoce que un punto en contra para establecer un Recinto Fiscalizado Estratégico es el tiempo para llevar a cabo los trámites, ya que se puede extender de dos a tres años desde que se tramita la autorización para ser administrador hasta que se obtiene la autorización para el de operador.
La inversión y los requerimientos también son mayores, pues para lograr la autorización del RFE la empresa tiene que tener el espacio que se está solicitando totalmente vacío durante el tiempo que dure el proceso y eso representa un costo.
“Falta sensibilidad de la autoridad para el desarrollo de la industria y del negocio, en e2e SCS llevamos meses esperando la visita de la aduana del RFE para tener la autorización como operador. Las autoridades deben dar las condiciones para que esto fluya de la manera más rápida posible”, expresa José Luis Chávez.
En marzo de este año, la empresa e2e SCS prevé tener lista la autorización definitiva como administrador y como operador de un Recinto Fiscalizado Estratégico, ubicado en Tepotzotlán, Estado de México. A la fecha ya cuenta con dos clientes, uno de artículos de cuidado personal y el otro de juguetes, ambos de diferentes partes del mundo.
El servicio que e2e SCS va a prestar en este RFE es tipo co-packing (servicio de producción y logística), no va a hacer manufactura, ya que estos dos clientes no tienen oficina ni forma legal en México, lo que implica que ingresan a México con una fracción arancelaria genérica, no pagan IVA ni los aranceles correspondientes.
“No harán la gestión en aduanas, va a ser un flujo más expedito. Vamos a recibir la mercancía y después vamos a exportar el producto ya terminado en su gran mayoría hacia Estados Unidos. Consolidaremos un solo tipo de empaque con nuestros componentes, esto es un ejemplo básico del nearshoring de servicios. Los que tenemos un RFE debemos desarrollar los servicios y mostrarle al mundo los beneficios, no nada más en la parte de electrónicos, se puede utilizar en muchas cosas”, concluye José Luis Chávez.