Recinto Fiscalizado Estratégico: un modelo con mucho potencial

En México se tienen registrados 37 administradores y 31 operadores de Recintos Fiscalizados Estratégicos (RFE), de los cuales 9 son colindantes y 28 no colindantes, según datos de la empresa SB Group. Este modelo de comercio exterior tiene un gran potencial para el nearshoring y para la industria manufacturera, pero aún enfrenta desafíos para dar a conocer sus beneficios entre los importadores.

En el evento The Logistics World Summit & Expo 2023 se presentó la conferencia “Recinto Fiscalizado Estratégico, la mejor solución para el nearshoring en México”, en donde se abordaron los tres modelos de uso del RFE, los retos que enfrenta y qué se requiere para explotar su potencial para el comercio exterior. Víctor Saucedo, director nacional de Operaciones; Raúl Saucedo, presidente y CEO; y Francisco Estrada, director Corporativo de Logística, todos de SB Group, dan respuesta a estas interrogantes.

¿Cuál es el gran potencial?

El Recinto Fiscalizado Estratégico tiene un gran potencial en el nearshoring en México, ya que ofrece una opción y permite desahogar las operaciones y procesos que se generan en las líneas de producción, sobre todo de la industria manufacturera.

“México tiene una oportunidad de oro bajo el RFE para posicionarse como un país logístico, dicha competitividad es tanto para importadores definitivos, procesos de manufactura, como para quienes utilicen al país como una plataforma internacional”, explicó Raúl Saucedo en entrevista con ADUAEASY.

Raúl Saucedo consideró que hace falta que se difundan los beneficios logísticos y de comercio exterior que proporciona el Recinto Fiscalizado Estratégico para que se exploten en todo el país, pero para ello dijo que la autoridad juega un papel fundamental a la hora de liberar permisos y licencias para operar y administrar un RFE. Destacó que una empresa tarda un periodo de hasta cuatro años para obtener el permiso como administrador de un RFE.

Modelos de uso del RFE

Durante la conferencia se explicaron los tres modelos básicos de uso de un RFE, los cuales son:

1.   Modelo de importación definitiva. Es la mercancía que ingresa al territorio nacional para ser importada de manera definitiva. Inicia con el pedimento y la clasificación arancelaria que expide y realiza el agente aduanal con el que el Recinto Fiscalizado Estratégico trabaja. Dentro del RFE se pueden recibir contenedores consolidados, se desconsolidan, se liberan y se hace el proceso de importación.
2.  Transferencia a IMMEX. Se hace la transferencia de mercancía al programa IMMEX de servicios o de manufactura a través de pedimentos virtuales cumpliendo con las Reglas Generales de Comercio Exterior (RGCE). La mercancía se puede nacionalizar.
3.   Retorno al extranjero. Se realiza la recepción de mercancía cuyo destino final no es el territorio mexicano, pero se lleva a cabo el proceso de desaduanamiento, se libera el contenedor y se utilizan unidades de transporte terrestre para enviar la carga a territorio de Estados Unidos y Canadá, cumpliendo con las RGCE.

Desafíos del Recinto Fiscalizado Estratégico

Los directivos de SB Group establecieron la diferencia entre un administrador y un operador de un Recinto Fiscalizado Estratégico. El primero resguarda la periferia y se encarga de transmitir a la autoridad la información de las entradas y salidas; mientras que el operador se encuentra dentro de un área autorizada y es el responsable del resguardo y manejo de la carga.

Destacaron que de los 37 administradores y los 31 operadores que existen en México no hay 10 o 15 kilómetros de distancia entre cada uno, lo cual indica que no existen muchos Recintos Fiscalizados Estratégicos en el país. Por ello, consideraron que todos los estados deberían contar con un RFE para ayudar a que la industria de manufactura sea más ágil y competitiva.

“Se necesita que la gente conozca la figura del Recinto Fiscalizado Estratégico porque el principal beneficiado es la industria manufacturera. El nearshoring que existe en México es de una gran cantidad de empresas asiáticas principalmente chinas que vienen a ver cuánta infraestructura hay para comprarla mañana, no están viendo si invierten en tres o cuatro años, necesitan infraestructura mañana, y ahí es donde estamos atrasados”, explicaron los ejecutivos.

Sobre esa base, Raúl Saucedo enlistó los retos que enfrenta el Recinto Fiscalizado Estratégico y qué acciones se deben emprender:

a)   Falta de infraestructura. El país requiere mayor infraestructura entre carreteras, aeropuertos y plataformas logísticas.

¿Qué hacer?

“Esta situación se puede cambiar con la responsabilidad tanto de la autoridad como de los operadores logísticos y las empresas mexicanas, tenemos que expandir carreteras y la capacidad de las unidades de transporte, que fluyan para el envío de las mercancías y, sin duda, la parte más importante es que la autoridad nos ayude con la seguridad”.

b)   Aduanas y Recinto Fiscalizado Estratégico no hablan el mismo idioma. El RFE es un proceso de aprendizaje en cada aduana porque tiene un proceso o de entendimiento diferente para cada ley del sistema aduanero.

¿Qué hacer?

“Las empresas tenemos la bondad de conocer la parte aduanal y la parte logística, ahí es donde se juntan ambas. La parte del compliance o cumplimiento no es un tema nada más de leyes, sino de juntar estos dos conocimientos”.

c)   Falta de difusión de los beneficios del Recinto Fiscalizado Estratégico. Los parques industriales, que son clave para el desarrollo del nearshoring, no están interesados en la figura fiscal del RFE, por lo que se necesita que la gente conozca sus beneficios.

¿Qué hacer?

“Las empresas maquiladoras y las terminales portuarias se han dado a la tarea de crear el ambiente y las condiciones necesarias como administradores y operadores para difundir las ventajas del RFE”.

Finalmente, los directivos coincidieron en que el RFE brinda un paso más allá en las operaciones de comercio exterior debido a que los proveedores no solo traen mercancía de manufactura en el mismo contenedor, sino que traen productos de consumo final y cuyo cliente final es un importador.

SB Group es una empresa mexicana que cuenta con tres Recintos Fiscalizados Estratégicos y su objetivo es tener cuatro más en este año: Ensenada, Monterrey, Veracruz y Manzanillo.