Las aduanas existen desde la primera monarquía romana, y desde entonces se ha mejorado el proceso e implementado nuevas formas de gestionar la entrada y salida de las mercancías a un territorio. Varios siglos después, en la época globalizada actual, la suma de estos cambios da como resultado una infinidad de trámites, documentos y leyes que regulan el intercambio de mercancías entre naciones.
Los trámites en aduanas siempre son tediosos, pero son necesarios para mantener el orden en las importaciones, por eso queremos que conozcas más sobre las regulaciones y en este artículo vamos a profundizar en uno de los temas más frecuentes del comercio internacional en México y en el mundo: el salto arancelario.
El glosario de la Subsecretaría de Relaciones Económicas Internacionales lo define como: “ El cambio de glosa arancelaria que sufre un bien cuando es transformado mediante un proceso productivo en otro tipo de bien”.
En otras palabras, el salto arancelario es simplemente el cambio de fracción arancelaria que se le asigna a una mercancía cuando sufre un proceso de transformación suficiente para ser considerado como un producto totalmente diferente.
Recordemos brevemente que el salto arancelario es una de las reglas de origen de las mercancías en los tratados internacionales de libre comercio que, como hemos revisado en otros artículos, para que una mercancía pueda ser considerada originaria, sus componentes deben ser producidos, manufacturados, cultivados, u obtenidos en alguno de los países que participan en el tratado de acuerdo a las reglas de origen del tratado.
El salto arancelario aplica cuando una mercancía es elaborada con productos originarios de otros países fuera del tratado, pero cumple con un mínimo de procesos de transformación al momento de la exportación realizados en alguno de los países que participan en el tratado; entonces, el producto final cambia de fracción arancelaria en relación a las fracciones arancelarias de los materiales que lo componen.
Hay que tener cuidado y prestar mucha atención a la ley que aplica para nuestro producto en específico, ya que también debes tener en cuenta que hay 3 niveles de salto arancelario y se solicitan según la mercancía a la que se vaya a aplicar. Estos niveles se aplican de la siguiente forma:
Entre mayor sea el número de dígitos que cambian significa que la mercancía ha sufrido un proceso de transformación más sencillo; y entre menor sea el número de dígitos es más elaborado el proceso y, por lo tanto, también es más estricto.
El salto arancelario es de suma importancia dentro de los Tratados de Libre Comercio de México, ya que gran parte de las materias primas se importan de países como China y sale más barato producirlo con componentes del extranjero.
Asimismo, el salto arancelario permite al exportador certificar su mercancía como una producción nacional, lo que comprueba que cumplió con los estándares de calidad y fabricación impuestas por las leyes mexicanas, lo cual a su vez le garantiza un trato preferencial, ahorro de capital y mayor facilidad en los trámites en la aduana.
Además, contar con el certificado de origen permite determinar si una mercancía es beneficiaria del arancel preferencial, lo que implica una reducción del arancel, o la exención por completo del pago de impuestos generales, lo que a su vez reduce el costo de importación y ayuda a posicionar la mercancía en el mercado, ya que entra a un menor costo.
Hay ocasiones en las que los productos no pueden aplicar la regla del salto arancelario debido a que la mercancía incluye dentro de su composición alguna materia que lo impide.
Este caso es muy común, y es aquí donde entra la regla de minimis, que no es una regla en sí, sino que se considera una excepción que ayuda a una mercancía a ser considerada originaria aún cuando alguno de sus componentes lo impide.
Aplica cuando el valor de dicho componente es menor a un porcentaje específico del Valor del Contenido Regional del producto final, entonces el componente no originario se puede considerar originario, permitiendo así el cambio de fracción arancelaria.
No todos los tratados internacionales cuentan con esta excepción pero, en el caso del T-MEC sí, y actualmente ese porcentaje cambió y no debe ser mayor al 10% del Valor del Contenido Regional.
No olvides que cada regulación de comercio exterior tiene un propósito que puede ir desde cuidar del productor, consumidor, industria o país, hasta combatir la piratería, el contrabando o el comercio de mercancías peligrosas. Es por esto que nuestro deber como importadores y exportadores es cumplirlas y promoverlas.
Si tienes alguna duda o pregunta de este u otro tema de comercio exterior, o necesitas ayuda en tu proceso de importación, contáctanos y uno de nuestros expertos te brindará orientación personalizada.