Desde el momento en que la mercancía ingresa a cualquier aduana de México la autoridad aduanera determina cuál es el régimen aduanero que le corresponde y debe cumplir con normas y pagos tributarios. El agente aduanal debe decidir cuál es el recinto y el esquema de almacenaje que mejor le conviene a la mercancía, si es de importación o de exportación definitiva.
En México, existen diversas modalidades de almacenaje en las aduanas que operan dentro del marco regulatorio de la Ley Aduanera y la gestión y el control a cargo del Servicio de Administración Tributaria (SAT).
El almacén fiscalizado es una de estas figuras y si el importador va a hacer uso de él debe saber qué operaciones se llevan cabo en este lugar, por cuánto tiempo se puede almacenar la mercancía, qué costo le generará y qué beneficios le otorga.
Hay que explicar que el régimen aduanero establece el almacenamiento de mercancías de procedencia extranjera o nacional en almacenes generales de depósito, los cuales deben estar autorizados por las autoridades aduaneras y prestar este servicio en términos de la Ley General de Organizaciones y Actividades Auxiliares del Crédito.
Este régimen se efectúa una vez determinados los impuestos al comercio exterior, así como las cuotas compensatorias.
Sobre esa base, el almacén fiscalizado es un lugar autorizado por la autoridad aduanera en el que se realizan las funciones de manejo, almacenaje y custodia de las mercancías. A diferencia de un almacén fiscal que cumple con las reglas y obligaciones que estable el SAT, el almacén fiscalizado es administrado y operado por particulares concesionados o autorizados.
Con base en lo que estipula el Artículo 123 de la Ley Aduanera, las mercancías que no pueden resguardarse en un almacén fiscalizado son las armas, municiones, mercancías explosivas, radiactivas, radioactivas, nucleares y contaminantes; precursores químicos y químicos esenciales.
Es clave que el importador conozca por cuánto tiempo puede permanecer su mercancía en un almacén fiscalizado, de eso dependerá qué acciones puede llevar a cabo.
Los particulares encargados de la administración de los almacenes fiscalizados deben permitir al importador y exportador, representado por su agente aduanal, el almacenamiento y custodia gratuita de las mercancías por ciertos días en los casos siguientes:
Los tiempos se toman en cuenta a partir del día siguiente en que el almacén reciba las mercancías. Pero cabe aclarar que, si se trata de importaciones vía marítima o aérea, el plazo empieza a correr a partir del día en que el consignatario reciba la comunicación de que las mercancías han entrado al almacén.
Es importante subrayar que mientras se permita el almacenamiento y custodia gratuita de las mercancías en el almacén fiscalizado, se debe pagar el servicio de manejo de las mismas y las maniobras para el reconocimiento previo.
Los beneficios que el importador puede tener por utilizar un almacén fiscalizado son:
Los almacenes fiscalizados se ubican dentro de cualquier terminal en la que se realicen maniobras de carga y descarga de contenedores de procedencia extranjera. Si no están dentro de un recinto fiscal, se encuentran cerca de recintos portuarios, aduanas marítimas, fronterizas, aduanas interiores y aeropuertos.
El Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), a un año de ser inaugurado, ya cuenta con 12 almacenes fiscalizados en la terminal de carga. Se están equipando con el objetivo de ofrecer servicios logísticos novedosos enfocados en carga aérea.
Los 12 recintos fiscalizados autorizados registran en su conjunto 62 mil 400 metros cuadrados de superficie y una capacidad de manejo de carga total de 423 mil toneladas para 2023.
La empresa de mensajería y paquetería DHL Express México fue la primera, el pasado 28 de febrero, en iniciar operaciones en el AIFA, en donde cuenta con un almacén fiscalizado que tiene un área de alrededor de 5 mil metros cuadrados y destinó una inversión de aproximadamente mil millones de pesos para arrancar operaciones en el aeropuerto de carga.
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