Aunque el delito de piratería se persigue por querella y no se castiga como se debiera, tiene una alta incidencia en México. La piratería de juguetes es una práctica que se da en lugares informales, pero también en comercios establecidos. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Hábitos de Consumo de Piratería en 2019, el 16% de los mexicanos compró juguetes piratas en tiendas físicas, y el 9% vía online.
¿Qué se debe tomar en cuenta antes de comprar un juguete?, cuáles son los elementos de seguridad que traen los empaques y las etiquetas para no incurrir en la piratería? En entrevista con ADUAEASY, Gabriel Rosas Navarro, CEO fundador de la consultoría GHAE Consulting, nos brinda recomendaciones para realizar compras más seguras e inteligentes.
En un artículo anterior denominado Piratería de juguetes: un problema de temporada, señalamos que las imitaciones o copias de un juguete original son un problema que impacta a las marcas por la reproducción no autorizada de sus productos, a la economía de México y debemos agregar que principalmente al consumidor, ya que, al adquirir un juguete pirata, que no cuenta con las medidas de seguridad o con los instructivos correctos, pone en riesgo su vida.
La NOM-015-SCFI-2007 es una NOM de etiquetado para todos los juguetes y su objetivo es establecer la información comercial que deben ostentar estos objetos que se comercialicen en el territorio mexicano. La NOM 015 contempla elementos específicos de seguridad para el uso correcto de los juguetes.
Al respecto, Gabriel Rosas señala: “Como tal la NOM 015 no dice que debes de contemplar las normas de seguridad. No es lo mismo la seguridad de un producto eléctrico que uno que no lo es. Un producto eléctrico tendrá que pasar por pruebas de seguridad específicas sobre la parte eléctrica, independientemente de las características que contenga. Un producto que no es eléctrico, pero que traiga barnices, debe pasar por pruebas de laboratorio de acuerdo a la NOM-252-SSA1-2011, que se encarga de revisar que el producto no traiga antimonio, arsénico, bario, cadmio, cromo, u otros elementos, el objetivo es que no cause un daño”.
El directivo explica que la NOM 015 establece las recomendaciones que se deben seguir en el ensamble y en el uso del producto, es decir, si el juguete contiene piezas pequeñas debe especificar que éstas pueden causar asfixia al usuario y señala a partir de qué edad se puede utilizar, según sus especificaciones. Además, estipula leyendas precautorias para el uso correcto en juguetes que disparen algún tipo de proyectil a fin de que no lesionen el rostro del usuario.
Si el consumidor adquiere un producto no original o pirata que es eléctrico, corre el riesgo de que no tenga la protección adecuada para evitar una descarga eléctrica o que sus componentes no tengan la suficiente calidad y que, debido a esto, puedan ocasionar un incendio.
Por otro lado, si es un juguete que debió cumplir con la NOM 252 y no la cumple, seguramente está constituido con algún metal pesado que le puede causar daños a la salud de los niños.
“La Norma 015 sí te da muchos elementos para que el usuario pueda detectar si un juguete es pirata o no. Si alguien hace una réplica de un juguete no le va a invertir en una etiqueta que traiga precauciones, no se hace responsable del producto que está comercializando, y al ser más barato y pirata obviamente sus componentes e insumos no van a cumplir con lo establecido por las normas, tendrá pintura con plomo o no contará con las protecciones eléctricas que debe tener el producto”, asegura Gabriel Rosas.
Ante el gran índice de piratería de juguetes que existe en el mercado, Gabriel Rosas recomienda:
Por otra parte, Gabriel Rosas considera que quien se dedica a la comercialización e importación de juguetes también debe actuar conforme a la ley y evitar la piratería, y para ello debe demostrar que su mercancía cumple con las normas y la información comercial correspondiente.
“Si eres un importador pequeño o grande debes cumplir con las normas oficiales mexicanas que se apliquen a los productos. Debes informarte y platicar con el agente aduanal o con expertos consultores para que te den una guía y te digan con qué regulaciones debes cumplir para que tu producto se pueda comercializar de manera correcta y no tengas algún problema”, concluye Gabriel Rosas.